lunes, 12 de noviembre de 2007

CAN: ¿Tiene acaso futuro?

Cámara de Representantes de Estados Unidos acaba de aprobar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Perú en una votación sin precedentes. A pesar de la existencia de una mayoría del Partido Demócrata, tradicionalmente opuesto a las grandes concesiones comerciales, el Perú acaba de obtener una victoria con 285 votos a favor de un TLC. Los analistas coinciden en que este acuerdo tendrá un impacto positivo gigantesco en el Perú y que, gracias a esto, su economía registrará crecimientos importantes durante los próximos años. No cabe duda de que sus recientes éxitos económicos y las grandes oportunidades comerciales que traerá este nuevo Tratado convertirán al Perú en uno de los grandes jugadores de nuestra región.Los cuatro últimos años registran importantes avances en la economía peruana y un flujo masivo de capitales extranjeros. Durante el año 2006 el Perú registró un crecimiento del 8% y sus exportaciones alcanzaron los USD 27 billones. La inversión y producción minera, especialmente de cobre, oro y zinc, lograron niveles sin precedentes. Los principales destinos de exportación son EE.UU, China y Canadá, y se espera la apertura de importantes cauces con Europa. El Perú ha manifestado su interés e impaciencia por lograr un acuerdo comercial con la Unión Europea y siente que la Comunidad Andina de Naciones se ha convertido en un serio obstáculo. En contraste con la línea aperturista de nuestro vecino del sur, el Ecuador ha comenzado a cerrar sus fronteras y a profundizar la presencia del Estado en la economía. La inversión extranjera directa ha desaparecido, y existen temores de que la hostilidad expresada hacia los Estados Unidos complique nuestro acceso hacia nuestro mercado más importante. Los controles, aranceles e impuestos que se anuncian, perfilan un modelo aislacionista de corte cepalino, con fuertes ingredientes estatistas y proteccionistas. Un simple repaso de estos hechos pone en absoluta evidencia la gran contradicción que sufre la Comunidad Andina de Naciones por la coexistencia de dos modelos económicos incompatibles y excluyentes: el de Bolivia y Ecuador, por un lado, y el de Perú y Colombia, por otro. El modelo socialista del siglo XXI es absolutamente inconciliable con el modelo de apertura y expansión comercial. No hay forma de evitar que los intereses de nuestros gobiernos entren muy pronto en colisión y que el funcionamiento efectivo de la CAN se vuelva inviable. No debemos olvidar que durante los años setenta el Pacto Andino sufrió tensiones similares. El modelo liberal impulsado por Chile entró en conflicto directo con el modelo de sustitución de importaciones que impulsaban las otras naciones andinas. Las posturas se volvieron irreconciliables y Chile decidió abandonar el Pacto Andino para proseguir un modelo aperturista que se mantiene hasta hoy con extraordinario vigor.Con intereses tan contradictorios, los países de la CAN enfrentaremos grandes tormentas.

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